DEPRESIÓN Y SUICIDIO

Indice

1. Introducción
2. Trastornos Mentales
3. Depresión
4. Suicidio
5. Conclusiones
6. Bibliografía

 

 

1. Introducción

Mediante el presente trabajo pretendemos dar a conocer las principales características de los fenómenos de la depresión y el suicidio.
Para los más destacados científicos, filósofos y psicoanalistas ha sido un desafío importante profundizar acerca de los orígenes del trastorno mental referente a la depresión y el posterior suicidio. Por esta razón nuestro trabajo pretende ser una mera descripción de lo que nosotros consideramos como causas, características, síntomas y tipos de las patologías mencionadas.
Comenzaremos el desarrollo del trabajo mediante una breve descripción de los trastornos mentales en general y culminaremos con el análisis de una de las formas más frecuentes de autodestrucción: el suicidio.
Para la realización del presente informe nos basamos en el estudio de obras de diversos autores, material extraído de Internet, diccionarios y enciclopedias.

2. Trastornos Mentales

¿Qué son?

 

Son afecciones o síndromes psíquicos y conductuales, causa de angustias y deterioro en importantes áreas del funcionamiento psíquico; afectando el equilibrio emocional, el rendimiento intelectual y la adaptación social.
Los trastornos psíquicos también son considerados como una tensión emocional de larga duración, condicionada a la experiencia insuperable por las propias fuerzas. Produce menoscabo del estado de ánimo subjetivo de las posibilidades cualitativas y cuantitativas de experimentación, elaboración y acción; también genera disposición a la acción o reacción causante de una tensión subjetiva que es considerada por el individuo mismo y/o por otros como una desviación de experiencias y normas.
Se distingue de una tensión emocional <<normal>> (sobre todo), por la gravedad o por el menoscabo, las pérdidas y las presiones dolorosas subjetivas. Los trastornos mentales duran más, no pueden superarse por las propias fuerzas y se consideran como una <<desviación>>.
Todos experimentamos abatimientos, incompetencia o desamparo en determinadas situaciones o personas. Así mismo experimentamos trastornos del sueño y otras molestias. También nos sentimos a veces desganados, pasivos y como «paralizados».

¿Cuáles son? (clasificación)
Trastornos infantiles
Son trastornos mentales que se hacen evidentes durante la infancia, la pubertad o la adolescencia.
El retraso mental se caracteriza por la incapacidad para aprender con normalidad y llegar a ser independiente y socialmente responsable.
La hiperactividad, desorden que parte de un déficit en la atención y la concentración, se traduce en un exceso de ímpetu en el individuo que la padece, haciéndole incapaz de organizar y terminar su trabajo, de seguir instrucciones o preservar en sus tareas, debido a una inquietud constante y patológica.
Los trastornos ansiosos comprenden el medio a la separación, evitar el contacto con los extraños y en general un comportamiento pusilánime y medroso.
Otros trastornos mentales se caracterizan por la distorsión simultanea y/o progresiva de varias funciones psíquicas, como la atención, la percepción, la evaluación de la realidad y la motricidad.
Algunos problemas del comportamiento pueden ser también trastornos infantiles: la bulimia, la anorexia nerviosa, los tic, la tartamudez y demás trastornos del habla y la enuresis.

Trastornos Orgánicos-Mentales
Están caracterizados por la anormalidad psíquica y la conductual, asociada a deterioros transitorios o permanentes en el funcionamiento del cerebro. Este daño cerebral, surge como consecuencia de una enfermedad orgánica, del consumo de alguna droga a lesiva para el cerebro o de alguna enfermedad que lo altere indirectamente por su acción lesiva en otras partes del organismo.
Los síntomas característicos de estos trastornos pueden resultar de un daño orgánico o de una reacción del paciente a la pérdida de capacidades mentales. Ciertos trastornos mantienen como principal característica el delirio o un estado de obnubilación de la conciencia, proporcionando así un impedimento para mantener la detención. Además se presentan errores perceptivos y pensamiento desordenado e inadaptado.

Neurosis
La neurosis se caracteriza porque su producto sucedáneo es una fantasía de proveniencia y significación individual.
En esta patología no podemos observar una verdadera pérdida del sentido de la realidad, sino que se trata sólo de una adulteración de ésta.
Dentro de la neurosis encontramos los siguientes trastornos:
*Histeria: Es una enfermedad mental que se manifiesta por medio de determinados síntomas físicos, tales como parálisis o movimientos espasmódicos acompañados a veces de falta o exceso de sensibilidad al dolor. Estos fenómenos también reciben el nombre de Histeria de conversión, y reacciones disociativas. En pacientes diagnosticados hipocondríacos, neuros-técnicos o esquizofrénicos y aun en personas normales se dan también ciertas reacciones corporales prácticamente indistinguibles de las que se observan en los histéricos.
*Trastornos de la Ansiedad: La ansiedad es el síntoma predominante en dos casos: el pánico y los trastornos ansiosos generalizados.
En las fobias y las neurosis observas compulsivas, el pánico aparece cuando el individuo intenta dominar otros síntomas como el miedo racional, desmedido, etc. Entre las perturbadoras esta la agorafobia, miedo a los espacios muy abiertos o cerrados (claustrofobia). Por otro lado las obsesiones consisten en pensamientos, imágenes, impulsos o ideas repetitivas y sin sentido para la persona, que se ve sometida a ellos. Finalmente, la compulsión tiende a repetir mecánicamente comportamientos inútiles, actitudes de previsión (un ejemplo es lavarse las manos más de 30 veces al día).
*Trastornos obsesivos-compulsivos: Una obsesión existe siempre que una persona no puede excluir ciertos pensamientos de la conciencia.
Los fenómenos obsesivos abarcan desde actos cotidianos y repeticiones de medida de precaución consciente hasta sistemas intrapsíquicos, de comportamientos altamente organizados, que dominan a la persona en la neurosis obsesiva y trastornos del carácter.

Un Trastorno Obsesivo
Es uno de los tipos de reacción en el que el individuo sufre la necesidad de realizar actos rituales lógicamente innecesarios (compulsiones) o bien tiene pensamientos que repugnan (obsesión). A estos trastornos los suele acompañar un impulso a la repetición que resulta irresistible a pesar de los grandes esfuerzos para suprimirlo. También a veces acompañan a estos trastornos diversos grados de duda, indecisión, ambivalencia, culpa, pensamientos mágicos y superstición, tendencias sádicas y masoquista, así como cavilaciones sobre el orden y desorden, el bien y el mal, la limpieza y la suciedad, el amor y el odio. Estos elementos generalmente no son comprendidos ni controlados por el individuo, aun cuando éste los considere disparatados, ridículos, penosos o humillante.
Para algunos autores estas reacciones neuróticas no se hallan totalmente determinadas por mecanismos de tipo hereditario (genético).
*Hipocondría: Se hace referencia a una sintomatología psíquica caracterizada por la hipervaloración de una serie de molestias corporales, sin justificación. Esta sintomatología aparece prácticamente en todos los grupos nosológicos, por lo que no puede hablarse de la hipocondría como una enfermedad, sino como un cuadro clínico, que caracteriza a pacientes que padecen diferentes enfermedades psíquicas.
Sydeham utilizó el término hipocondría para designar a la histeria del varón, constituyéndose en el grupo sociológico fundamental que más tarde se conocería con el nombre de neurosis.
Hay 2 formas fundamentales de hipocondría:.Hipocondría menor o neurótica, la que encontramos cuadros que clasifican las distintas formas de neurosis y en especial a la hipocondría obsesiva, ansiosa constitucional e histérica.
Hipocondría delirante o de psicosis, encontramos la psicosis endógena, la maniaco depresiva, las quejas hipocondríacas, muy frecuentes durante la fase depresiva. En la esquizofrenia lo más característico es un cuadro seudo neurótico, en el que durante mucho tiempo el enfermo mantiene otra cosa que sus quejas hipocondríacas, las cuales son delirantes, característica que domina todo el cuadro clínico.
*Fobias: Es temor irracional y persistente, inspirado por un objeto o lugar determinado, también implica ciertas repulsiones e inhibiciones mediante las cuales el sujeto trata de rehuir la ansiedad que lo asecha, ejemplo: un enfermo agorafórico permanecerá día y noche en su casa para evitar lo que invada la angustia. El paciente fóbico recurre a toda clase de subterfugios, en su afán por alejar de sino sólo el objeto de su aversión, sino cualquier alusión a éste, o a cualquier pensamiento relacionado con él.
Se le atribuye a las fobias vivencias de la primera infancia o reprimidas de las que falta recuerdo y que debe ser despertada, ejemplo: del inicio de una fobia puede haber sido porque un niño haya quedado encerrado alguna vez en una habitación produciéndole una claustrofobia.

Psicosis
Constituye un trastorno psiquiátrico grave, suelen dañar algún conflicto visible de la realidad o una percepción de la realidad distinta a la que caracteriza a la mayoría de la población o un alejamiento respecto de las pautas conductuales aceptadas por la sociedad. No son psicóticas todas las personas que muestran tales divergencias o conflictos. Las personas que los especialistas consideran psicóticas no presentan necesariamente trastornos, ni cometen siempre actos que puedan resultar perniciosos para ellas mismas o para la sociedad. Durante la mayor parte de su vida no muestran síntomas patológicos patentes.
Dentro de la psicosis encontramos los siguientes trastornos:
*Trastornos de la personalidad: Estos trastornos duran toda la vida, algunos rasgos de la personalidad son tan rígidos e inadaptados que llegan a causar problemas laborales y sociales. Daños a uno mismo y a los demás.
La personalidad paranoide se caracteriza por la suspicacia y desconfianza. La esquizoide ha perdido la capacidad y el deseo de amar o establecer relaciones personales, mientras que la esquizotipica se caracteriza por el pensamiento, el habla, la percepción y el comportamiento extraño. Las personalidades históricas de caracterizan por la teatralidad de su comportamiento y expresión y se relacionan con la personalidad narcisista.
Las personalidades antisociales se caracterizan por respetar los derechos de los demás y no respetar las normas sociales, son inestables en su auto imagen, estado de ánimo y comportamiento con los demás, hipersensibles al posible rechazó, humillación o vergüenza. La personalidad dependiente es pasiva, incapaz de tomar una decisión propia. Los compulsivos son perfeccionistas e incapaces de manifestar sus afectos. Los pasivos agresivos se resisten a las exigencias de los demás a través de maniobras indirectas como la dilación o la holganazanería
*Trastorno de la afectividad: Son aquellos trastornos en los que el síntoma predominante es la alteración del estado de ánimo. El más típico, la depresión, se caracteriza por la tristeza, el sentimiento de culpa, la desesperanza y la sensación de inutilidad personal. Su opuesto, la manía, se caracteriza por un ánimo exaltado, expansivo, megalomaníaco y también cambiante e irritable, que se alterna casi siempre con el estado depresivo. (1)
*Trastornos paranoides: Se caracteriza por ideas delirantes, de persecución, grandeza y celotípicos. Este tipo de personalidad es defensiva, rígida, desconfiada y egocéntrica, tiende a aislarse y tiende a ser violentamente antisocial y suele iniciarse en la mitad o final de la vida.
*Esquizofrenia: Es un grupo de trastornos graves que se caracterizan por perturbaciones del pensamiento, la percepción y la emoción, unidas a un sentimiento perturbado sobre uno mismo y la pérdida del sentido de la realidad, hay una disociación entre las cogniciones y las emociones.
Estos trastornos paralizan el desarrollo humano en la juventud y suelen conducir al encierro en un mundo autístico, amenazado por el delirio, la alucinación y el temor por enfrentarse con la vida y con las personas. Hay una incapacidad del individuo para conseguir o mantener la integridad de su personalidad y para arrastrar los problemas insalubres que plantea la vida; lo que induce al enfermo a encerrarse en si mismo y tratar de resolver sus conflictos, rompiendo con las normas mentales, sociales y retrocediendo a un estado de su infancia regido por la fantasía y en el que no se distinguía claramente a sí mismo.

Tipos de esquizofrenia:
*Esquizofrenia Catatónica: Comienza de modo repentino, radica en la violenta excitación motora o en la completa rigidez del enfermo. Presenta alternancia de fases de extrema agitación y de inmovilidad total.
*Esquizofrenia Simple: Hay desinterés creciente y una progresiva degradación de la conducta, unidas a una indiferencia total respecto de cualquier pauta de vida.
*Esquizofrenia hebefrénica: Hay delirio y alucinaciones incoherentes e insolubles, el lenguaje suele fragmentarse y hacerse incomprensibles, utilizándose procesos verbales complejos.
*Esquizofrenia paranoide: El pensamiento y la conducta son delirantes, de índole persecutoria, y sometidos a una acción exterior unida a alucinaciones auditivas.
*Demencia: Es un déficit intelectual adquirido, intenso e irreversible. Pertenece a la sicopatología de la inteligencia.
Su causa inmediata es una lesión orgánica más o menos difusa de la corteza cerebral y, en casos raros, una lesión del tálamo óptico. Los procesos cerebrales responsables de la mayor parte de las demencias son: las parálisis generales, tumores de localización prefrontal y tálomica, ciertas epilepsias, como las enfermedades preseniles de Pich y Alzheimer, la ostereoclorosis, la involución senil y la corea de Huntington. Otras demencias de aparición mucho menos frecuente a las anteriores, se deben a ciertas endocrinopatías y las encefalopatías residuales traumáticas, tóxicas o infecciosas.

Psicosis maniaco-depresiva:
Se caracteriza por fases de depresión y manía, aunque también puede presentarse una de estas fases en forma predominante y aislada.
La manía se centra en forma a tres estructuras: el pensamiento, la afectividad y la psicomotricidad; la alteración es de sentido inverso en ambas fases. En la fase depresiva hay alegría, fuga de ideas y exaltación psicomotora. Estos tres síntomas son revelados por la actitud del paciente y se manifiestan en las funciones psíquicas, en la conducta y forma de vivir del mismo.
El enfermo es alegre, jovial e ingenioso, muy activo para emprender cualquier tipo de tareas, tomar decisiones y expresarse.
Cuando la manía llega a su máxima exaltación aparecen graves síntomas psicopatológicos y trastornos de conducta.
En la hipomaníacas la manía se torna en una exaltación del ánimo, pero con irritación, dando lugar a trastornos de sociabilidad y a agresiones de palabra o de hecho. Estas personas dejan las actividades que han comenzado al poco tiempo y suelen ser desaseadas en lo personal y respecto de lo que las rodea.
Puede haber ansiedad, ideas de grandeza grotesca, graves trastornos de conducta y, debido a la exaltación de la libido pueden llegar a cometer delitos sexuales.

3. Depresión

 

¿Qué es?
El termino depresión toma distintas significaciones radicalmente diferentes, en función de la cultura en que se da la depresión está relacionada con las presiones presentes en determinadas culturas, sobre todo en la infancia en sus periodos críticos.
Ciertas pautas de crianza familiar que «protegen» al niño contra el riesgo de la depresión. El peligro de depresión ocasionado por muertes u otras pérdidas, puede ser reducido mediante determinados rituales de duelo y salidas de agresividad.
La depresión se refiere a una situación psíquica morbosa en la que se altera fundamentalmente el estado de ánimo, en el sentido de una disminución del mismo, y en el que la sintomatología se centra sobre la vivencia de la tristeza y la inhibición psíquica. Esta denominación ha ido adquiriendo más usos y prácticamente ha sustituido al clásico de melancolía, a pesar de que algunas escuelas mantienen la independencia psiquiátrica de ambos términos. La depresión psíquica constituye un síndrome muy frecuente en psiquiatría y prácticamente puede aparecer en todas las enfermedades mentales.
En síntesis, la depresión es un trastorno mental caracterizado por sentimientos de inutilidad, culpa, tristeza, indefinición y desesperanza profunda. La depresión patológica está determinada por una tristeza sin razón aparente que la justifique y además, grave y persistente. Puede aparecer acompañada de varios síntomas concomitantes, incluidas las perturbaciones del sueño y de la comida, la pérdida de iniciativa, el auto castigo, el abandono, la inactividad y la incapacidad para el placer, incapacidad para concentrarse o tomar decisiones, energía decaída, sentimientos de inutilidad, culpa y desesperación, desprecio de uno mismo, disminución del interés sexual, ideas recurrentes de suicidio, muerte, ataques de llanto. Afecta a hombres y mujeres, y las personas en ciertos períodos del ciclo vital parecen ser las más afectadas.

La Depresión Como Emoción Normal
La depresión es una emoción común, se trata de un sentimiento de desagrado, acompañado por condiciones somáticas, como envenenamiento, paréntesis dermáticas, alteraciones en el tono muscular y transpiración. La persona deprimida camina con la cabeza gacha, las piernas dobladas, con movimientos lentos, es débil, etc.
Pero, sobre todo, en el plano mental, las características de la depresión son más específicas. La ansiedad se caracteriza por el temor al peligro, va acompañada de un sentimiento de que el suceso peligroso, ya se ha dado y de que no está sufriendo el mal temido. En condiciones «normales», la depresión es una reacción provocada por procesos psicológicos como evaluaciones y estimaciones a nivel cognitivo.
En el proceso de depresión intervienen factores cognitivos y sociales.
Por su condición desagradable, la depresión parece tener una función: la de eliminación a sí mismo. Pero será así si la persona se ve obligada a reorganizar sus pensamientos y buscar nuevas ideas para reconstruir su vida. Sobre todo, organizará las ideas referentes a la persona perdida de modo que ésta no aparezca como indispensable.

La Depresión Como Emoción Anormal
Una depresión es anormal cuando no guarda proposición con el suceso (o sucesos) antecedentes que lo han provocado; cuando es excesiva con respecto a la causa o factor precipitante conocida; cuando se produce en sustitución de otra emoción más adecuada.
Para explicar esta depresión tenemos factores psicológicos y constitutivos. Estos factores están conectados con la depresión durante la psicosis maniaco-depresiva. La depresión no reorganiza las ideas sino que piensa los procesos de pensamiento portadores del dolor mental. Aparentemente funciona un mecanismo de adaptación que reduce la cantidad de pensamiento con el fin de disminuir el dolor, dejando en algunos casos solo pensamientos vagos y generales acompañados por un sentimiento de melancolía. La paralización de los pensamientos dolorosos es un mecanismo que se destruye a sí mismo, empeorando la situación general.

Mecanismos Psicodinámicos De La Depresión
Hay elementos o factores hereditarios y otros vivénciales que desencadenan procesos psicodinámicos que determinan los trastornos depresivos. Los mecanismos psicodinámicos se aplican principalmente a las depresiones de la psicosis maniaco-depresiva, depresión psicótica y melancolía de la involución. Abraham, discípulo de Freud, aplico los principios psicoanalíticos a la psicosis maniaco-depresiva mediante la comparación de la depresión anormal con la tristeza normal. Ambas condiciones son provocadas a veces por una perdida; la persona normal piensa en el ser perdido, mientras que el paciente depresivo se siente dominado por sentimientos de culpa. La hostilidad que se sentía hacia el objeto perdido se dirige hacia él mismo. Abraham presuponía una represión a un estado pregenital ambivalente de relación hacia el objeto, lo que es igual a volver al estado anal sádico. Freud aceptó esta idea de la existencia de una relación entre la aflicción y la melancolía, y observo que en la primera el objeto se siente perdido por la mente, mientras que en la segunda se da la perdida interna, porque la persona desaparecida ha sido incorporada. El sadismo existente en esta relación se dirige hacia el objeto de amor incorporado.
Radó insinuó que la melancolía representa una búsqueda desesperada de amor. El yo se castiga en prevención del castigo paterno.
Klein considero a una actitud depresiva un acontecimiento normal en la vida de un niño hacia los 6 meses, la época del destete. La madre ha sido vista por el niño como 2 personas, buena o mala. El niño teme que sus impulsos agresivos instintivos destruyan el objeto bueno e interpreta la perdida del pecho y su leche como el resultado de esos impulsos agresivos. La incapacidad de resolver esta «actitud depresiva» puede conducir a una posterior depresión patológica.
Arieti observó que en los primeros años de vida de las personas propensas a la depresión psicótica hay fase de intensa gratificación de las necesidades. La madre se siente movida por un sentimiento de deber, al tener al niño y quererlo. Esto hace que el niño sea muy receptivo con respecto a los otros, a introyectarlos y, mas tarde, a ser introvertido y conformista.
A los 2 o 3 años la madre le presta menos atención que antes al niño, inculcándole más responsabilidades, un sentimiento de deber y obligación. En este cambio el niño puede sufrir un trauma. Trata de hallar soluciones o pseudo soluciones, utilizando dos mecanismos: el primero es hacerse más infantil, dependiente, agresivo, por lo que el adulto que lo rodea debe crearle la atmósfera de la primera infancia y felicidad; el otro es tratar de vivir de acuerdo con lo que la madre espera de él, así mediante la obediencia recuperará el primer amor y la primera felicidad.
Más tarde se descubre que estos mecanismos no funcionan. Por muy obediente o agresivo que se vuelva no recupera la primera felicidad, esto provoca sentimientos depresivos. Con algunos años más, la sintomatología de la depresión reproduce aquel primer trauma. Interpreta la pérdida de un objeto querido como si se debiese a él mismo. Esta pérdida puede ser la muerte de alguien querido como el fracaso de una interrelación personal o la desilusión con respecto a una institución u obra a lo que se había entregado la vida. En ocasiones la pérdida es más difícil de evaluar, pueden ser cosas abstractas, tales como ideales, el sentido de la vida y el valor de uno mismo como persona.

Factores etipatogénicos y teoría de la enfermedad.
Aunque se desconoce la causa de la locura maníaco- depresiva, existen una serie de hechos altamente significativos.
La herencia juega un papel indudable en esta enfermedad alrededor del 60% de los casos tiene una carga hereditaria. La auténtica psicosis circular (depresión y manía) está más condicionada genéticamente (alrededor del 70%). La depresión simple o periódica tiene una carga hereditaria de alrededor del 40%.
En íntima relación con la herencia, está la hipótesis constitucional. Kretschmer ha llamado la atención sobre la preponderancia del hábito pícnico y el temperamento ciclotímico en estos pacientes y es evidente que tales sujetos predominan entre los deprimidos.
Se han aducido otros factores biológicos, bioquímicos y neurofisiológicos, pero estos no pasan de ser meras hipótesis. Debe existir indudablemente una alteración científica, ya que en esta Enfermedad aparecen una serie de alteraciones de mecanismos biológicos regidos por este centro. Una cuestión muy debatida reside en la aceptación o no de factores psicológicos y ambientales, como agentes causales de esta enfermedad. La mayoría de los autores piensa que en las depresiones endógenas y las psicorreactivas, estos factores sólo tienen un papel desencadenante.
En conjunto, parece ser que el desencadenamiento psicológico de una fase depresiva es más significativo para las primeras fases que para las otras, que suelen aparecer automáticamente.
Debe restablecerse una línea continua desde el paciente en que la depresión es exclusivamente endógena, hasta la típicamente reactiva, y la significación del factor desencadenante hay que valorarla en relación con la importancia que éste tenga vivencialmente y en relación con las características esenciales de la personalidad: situación biográfica en el momento de la aparición de la fase y otras variables.

Fases de la depresión.
La enfermedad cursa con fases (períodos recortados), que al ceder no dejan efecto psíquico alguno. Estas fases duran por términos medios de 6 a 12 meses.
En la descripción clásica, el curso de la enfermedad va alternando períodos de depresión con fases de manía («locura maníaco- depresiva»), pero son más numerosos los pacientes que sólo tienen fases de depresión.
Estas fases suelen aparecer en las mujeres alrededor de los 25 y 40 años, en períodos de desequilibrio hormonal (parto, lactancia, menopausia), en los varones, la distribución por edades no es tan característica.
La duración de la fase varía según se refiere a la primera o a las siguientes. En conjunto se aprecia que la duración suele aumentar en cada crisis, y además suelen ser más prolongadas a parir de los 50 años de edad.
En las ínter crisis, el paciente se encuentra totalmente libre de síntomas. La duración de estos períodos varía según se refiere al primer brote o a los siguientes. En conjunto se aprecia una tendencia a ir acortándose los períodos de ínter crisis.
Todos estos datos sólo pueden tomarse como una estimación estadística, ya que la variación de un paciente a otro es grande.
Es característico de esta enfermedad su buen pronóstico (las enfermedades son recortadas y dejan al paciente «limpio» de síntomas), pero en algunos hay una tendencia la cronicidad, especialmente en los pacientes avanzados.
Muy característico es el cambio de sintomatología a lo largo del día y es usual que ésta sea mucho más intensa en las primeras horas del día que en el resto.
En algunos pacientes las fases no son típicas, en el sentido de mezclarse síntomas de depresión con otros de manía (depresión agitada y manía estupurusa, etc.).

Grupos de depresiones según kraepelin.
1º Grupo: Retardación simple: En la forma simple de depresión, hay ausencia de alucinaciones y delirios importantes. Comienza de modo gradual, se hace difícil pensar, la toma de decisiones y la expresión se tornan dificultosas al igual que el seguimiento de una idea tanto en la lectura como en el habla). El interés por lo que rodea al sujeto desaparece. Muestran carencias de ideas y pobreza de pensamiento, la memoria disminuye, su apariencia es indolente y explican que se sienten cansados y exhaustos.
En cuanto a lo emocional puede verse una depresión uniforme. El paciente es pesimista en cuanto a la visión de la vida, no logra adaptarse al medio, siente fracaso en su profesión, pierde la fe en la religión, frecuentemente expresan la idea de suicidarse, aunque raramente intentan esta acción. Son conscientes de su estado mental deteriorado.
2º Grupo: Caracterizado por alucinaciones, diversas ideas de persecución y auto acusación; El retardo psicomotriz y dificultad de pensamiento y estado emocional de tristeza; también son comunes las ideas hipocondríacas. El comienzo de esta forma es agudo o subagudo y sobreviene, generalmente, de un período de alegría y gran animación. También, en algunos casos, puede aparecer tras una enfermedad aguda o shock mental.
Síntomas físicos: «atontamiento», sensación de «pesadez»en el pecho, palpitaciones, apetito escaso, la lengua sucia, estreñimiento, sueño ente cortado y alterado por sueños con ansiedad, ausencia de brillo en los ojos, piel macilenta y sin
firmeza.
Tiene una duración de 8 a 18 meses.
3º Grupo: Estado de estupor: Se caracteriza por numerosas ideas delirantes, incoherentes (semejantes a los sueños) y alucinaciones. Además hay un elevado obnubilamiento de la conciencia.

Depresiones Reactivas, Psicógenas Y Endógenas
Las emociones anímicas graves que se presentan de una sola vez y que en su profundidad morbosas representan reacciones vivénciales anormales, se designan con el nombre de depresiones reactivas. Con frecuencia, no es el suceso en sí mismo lo más importante, sino el grado de sensibilidad de la personalidad frente a él. En estos casos es más adecuado hablar de depresión psicógena.
Las depresiones reactivas suelen remitir en un lapso de tiempo relativamente corto o, al menos, pasar a grados normales de distimia tiste.
Las distimias son anormales cuando afectan al hombre a tal grado que resiente todo su concepto de la vida. Entonces, se abriga el deseo de que la vida termine y el suicidio o su intento, son consecuencia de esa forma psicológica.
En tales reacciones, a menudo, se trata de individuos cuyo estado de ánimo es débil por naturaleza. Entonces, si la reacción de suicidio no es inmediata se inicia prontamente la mejoría y ya no suele haber peligro.
Los enfermos con depresión reactiva que ingresan en una clínica por intento de suicidio, generalmente, recuperan su concepto normal de vida en pocos días, puede surgir una esperanza después de la grave desilusión.
En el caso de las depresiones endógenas, se diferencian de las reactivas no sólo por su origen y curso, sino también por su cuadro patológico. Incluso cuando la depresión reactiva ensombrece la vida,
Nunca afecta a toda la personalidad; y cuando los pacientes piensan o hablan de ella se incrementa la depresión. Si n embargo, cuando se consigue darle un giro a la conversación, sustrayendo su atención de la vivencia, se liberan de ello por completo. Entonces se reconoce que no enfermó la personalidad como tal, sino que sólo reaccionó patológicamente.
En las depresiones reactivas intensas puede ocurrir que la vivencia perturbadora, con su tono afectivo intenso, actúe fuertemente durante un breve período de tiempo y que fracasen luego todos los intentos para suprimirla.

 

Cuadro clínico de las depresiones.
Depresión reactiva o psiconeurótica:

Sentimientos suaves de desaliento, culpa, menosprecio;
Lentitud y reducción atenuadas de la espontaneidad y ausencia de preocupaciones hipocondrías;
Inmediatamente después de un acontecimiento trágico o desagradable;
No son endógenas, sino que es una reacción a factores externos;
el paciente no la acepta como un estado de vida;
Tipo depresivo de la psicosis maníaco depresiva:

Triada de síntomas: sufrimiento penetrante de melancolía (A), procesos mentases desordenados, lentos y de contenido poco normal (B) y lentitud psicomotora (C);
Ocurre más en las mujeres;
Es periódico y no constante;
Los intervalos de depresión están separados por intervalos de normalidad.
(A)- Sentimiento de melancolía: la aparición de este sentimiento suele ser aguda y espectacular, y en algunos casos lenta y solapada; en lugar de aparecer luego de un tiempo de transcurrido el suceso trágico, se agudiza, hasta en algunos casos surgen ideas de suicidio.
(B)- Procesos mentales desordenados: corresponde al contenido y tipo de la actividad mental; ha poca variedad de pensamientos y sólo escoge los negativos, desagradables con el fin de prolongar la melancolía en sí mismo; aparecen ideas de culpa, pecado y condenación externa.
(C)- Lentitud psicomotora: hay una hipo actividad, la conversación se reduce al mínimo, se descuida la imagen del paciente; cuando se llega al estupor no puede moverse.

Episodios maníacos: estado de euforia, desorden en el proceso mental con revuelo de ideas y satisfacción agradable y aumento de la movilidad; son menos frecuentes que los ataques depresivos.
Disfunciones somáticas: pérdida del sueño, apetito, peso, deseo sexual y menos secreción de glándulas parótidas (saliva).
Depresión psicótica:

No va acompañada de ataques maníacos;
No se diferencia de la psicosis maníaco- depresiva;
Melancolía de involución (psicosis de involución, tipo melancólico):

Se da más en las mujeres;
Sentimiento de depresión en la edad involutiva;
Iguales características de la psicosis maníaco- depresiva;
Otros tipos de depresión

Senil (en la vejez);
Esquizofrénica (aparece con la esquizofrenia);
Psicosis esquizoafectiva (combina características esquizofrénicas y maníaco- depresivas).
Síndrome de Cotard (depresión más estado alucinatorio de negación);
Depresión analítica (los niños separados de sus madres por tres meses sufren un sentimiento de privación).
Tipos de depresión.
Trastornos depresivos primarios:
Se subdividen en dos grandes grupos:
*Trastorno depresivo mayor:
Se caracteriza por la presencia de uno o más episodios depresivos mayores, el cual abarca 5 o más de los siguientes síntomas:
+ Estado de animo depresivo la mayor parte del día
+ Disminución importante del interés o de la capacidad para el placer (disfrutar la vida) en todas, o casi todas las actividades.
+ Pérdida o aumento significativo de peso o del apetito.
+ Insomnio o hipersomnia (sueño durante todo el día)
+ Agitación o retardación psicomotora.
+ Fatiga o pérdida de la energía.
+ Sentimiento de inutilidad o de culpas excesivas o inapropiadas.
+ Disminución de la autoestima y confianza en sí mismo.
+ Disminución de la capacidad para pensar, tomar decisiones o concentrarse.
+ Visión pesimista, poco promisoria del futuro.
+ Pensamientos recurrentes de muerte, ideación suicida recurrente sin un plan específico o una tentativa de suicidio.
Estos síntomas persisten, por lo menos, 2 semanas, alterando la vida social, familiar, laboral, etc. Si estos episodios se repiten, suele haber un intervalo libre de síntomas entre uno y otro.
En la forma melancólica de la depresión mayor se incluyen los siguientes síntomas típicos:
+ Falta de reactividad a los estímulos placenteros.
+ Una cualidad distinta del estado de ánimo depresivo.
+ La depresión es mayor en la mañana, mejorando el estado de ánimo al anochecer.
+ Despertar precoz y angustiante.
*Distimia:
Presenta síntomas similares a la depresión mayor, pero se diferencian entre sí respecto de:
+ Tipo de evolución: El estado de ánimo depresivo es crónico y dura, por lo menos, 2 años.
+ Severidad de los síntomas: Los mismos suelen ser leves o moderados, sin una alteración significativa de las relaciones sociales, familiares y laborales del individuo.

Trastornos depresivos secundarios:
Comprenden:
*Depresión debido a sustancias: sus causantes son:

píldoras antidepresivas
analgésicos
antibacterianas
antihipertensivos
hormonas esteroides
cocaína
anfetaminas
alcohol en altas dosis.
*Depresión debido a enfermedad o condición médica: sus causantes son:

posparto
alteraciones neurológicas
alteraciones hormonales
infecciones
cáncer
anemia
déficit de vitaminas
*Depresión secundaria a otros trastorno mentales: sus causantes son:

trastorno de pánico
trastorno obsesivo-compulsivo
trastorno por estrés postraumático
trastorno sicóticos
fase de agotamiento del estrés
*Depresión por duelo: Como reacción normal ante la muerte de un ser querido, si se produce durante un periodo de tiempo prolongado, acompañado por un sentimiento de inutilidad, deterioro marcado del funcionamiento y retardo psicomotor grave, pueden significar un trastorno afectivo importante.
*Depresión en la infancia: Ej. En la adolescencia
Se manifiesta a través de cambios de conducta y en los aprendizajes.
Tratamiento
El tratamiento ha de ser abordado por profesionales de la salud, psiquiatras o psicólogos y los métodos son diversos según los casos. Si estamos ante un episodio agudo de depresión o un periodo de progresivo deterioro, estará indicada la hospitalización. En depresiones graves puede incluirse el uso de la terapia convulsiva.
Suelen emplearse 3 tipos de terapia:

Psicopatía: De orientación psicoanalítica y existencial a depresiones reactivas, psicóticas de intensidad moderada y a psicosis con intervalos de síntomas.
Farmacoterapia: En depresiones moderadamente severas
Electrochoque: En la melancolía de la involución.
El tratamiento médico con medicación es siempre adecuado, alivia sufrimientos innecesarios. Al igual que la psicoterapia de apoyo que ayuda al enfermo a desahogarse e identificar y asimilar los eventos de su vivencia. Las personas desarrollan defensas para afrontar y superar las depresiones leves que se originan por las frustraciones cotidianas.
No se debe acusar a la persona deprimida de aparentar enfermedades o flojera ni esperar que salga inmediatamente de la depresión. Con el tratamiento adecuado mejorara en 2 o 3 semanas. La ansiedad hace a las personas trabajar cuando es funcional; cuando es disfuncional, las paraliza y solo cuando altera sus vidas acuden al médico; aunque con la depresión se vuelen más sensibles, receptivos, crecen y entienden más la vida.

Antidepresivos:
Los estimuladores introducidos en los años `30, no resultaron útiles en los tratamientos de los estados depresivos graves. Para llenar el vacío de la farmacología de los trastornos mentales de tipo depresivo, se elaboraron a los pocos años, drogas antipsicosomáticas (tranquilizantes mayores), otro tipo de sustancias psicoactivas: Las drogas antidepresivas que pueden dividirse en dos: las inhibidores de la monoaminoxidasa y las que no la inhiben o antidepresivos tricíclicos.

 

La monoaminoxidasa es una enzima que degrada las neurohormonas, que en el cerebro se relacionan con estados emocionales.
Las sustancias químicas que inhiben la enzima ya mencionada y permiten que aumente el nivel cerebral de noradrenalina y serotosina, pueden reducir la duración de una depresión de varios meses o años a un periodo de 3 o 4 semanas.
Existen otras sustancias que no inhiben ninguna enzima, pero muestran un estrecho parecido químico con las fenotiacinas y que resultan igualmente eficaces en los tratamientos de los casos graves de depresión.
Son aun incompletos nuestros conocimientos relativos al tipo de antidepresivos que resultan específicamente indicados para las diversas formas de depresión. A pesar de ello, la farmacoterapia antidepresiva ha representado un avance en el campo de la psiquiatría, ya que las drogas antidepresivas resultan eficaces en un 60% de los casos. Estas tardan de una a tres semanas en ejercer su acción terapéutica.
Algunas producen, además, efectos estimuladores. Los inhibidores de la monoaminoxidasa, tienden a provocar una ligera euforia; mientras que los antidepresivos tricíclicos que no inhiben a la monoaminxidasa, se limitan a eliminar los síntomas depresivos.
A veces los antidepresivos producen efectos secundarios, sobre todo los inhibidores de la monoamonoxidasa.
Aquellos que resultan eficaces pueden potenciar síntomas psicoticos, como por Ej. Alucinaciones, ideas delirantes y estados sicóticos de carácter tóxico.

 

4. Suicidio

Concepto
Suicidio: Acción de quitarse la vida de forma voluntaria.
Se entiende a la distribución directamente querida de la propia vida, bien sea por un acto o una omisión voluntaria. Se distingue de la destrucción indirecta de la vida que se da cuando la muerte propia no procede de un acto cuyo único fin sea quitarse la vida, aunque de ese acto resulte la muerte. En este caso no hay suicidio, pues, la muerte propia no es causada ni directamente querida por el agente, si no solo permitida. Esto se puede dar en el caso que se exija el cumplimiento de obligaciones ineludibles aun a riesgo de perder la propia vida.
Según Durkheim: Entre las diversas muertes hay algunas que presentan la particularidad de ser obra de la propia víctima, resultante de un acto en el que el agente y el paciente son una misma persona. Por lo general, nos representamos el suicidio como una acción positiva y violenta que implica cierto despliegue de fuerza muscular o como una actitud puramente negativa, o una simple abstención con idéntica consecuencia.
Para que podamos considerar la muerte como su efecto, el acto del paciente no puede haber sido inmediatamente antes de ella: la relación de causalidad, puede ser indirecta. Toda muerte meditada o inmediata de un acto positivo o negativo, ejecutado por la misma víctima se considera suicidio.
Las causas de la muerte están fuera de nosotros y hablar de la intención es muy íntimo. Entonces, «Si la muerte es aceptada simplemente como una condición lamentable, pero inevitable, del fin que se tiende, como si expresamente fuese querida y buscada por si misma, lo cierto es que en uno u otro caso el sujeto renuncia a la existencia, y las diferentes maneras de renunciar no pueden ser sino variedades dentro de una misma clase». (Pag. 13)

 

Lo común a estas formas de renunciación suprema es que el acto que lo consagra es cumplido con conciencia de causa. La víctima sabe cuál va a ser el resultado de su conducta. Así en definitivo: «Suicidio es todo caso de muerte que resulte directa o indirectamente de un acto positivo o negativo ejecutado por la propia víctima, a sabiendas de que habría de producir este resultado».

Contexto histórico y social
A lo largo de la historia ha variado la actitud de la sociedad hacia el acto del suicidio, sus formas y su frecuencia.
En la Europa Antigua, sobre todo en el Imperio Romano, el suicidio estaba consentido y hasta era considerado como un acto honroso; por esta razón los antiguos romanos admitían muchas razones legítimas para su práctica. Después, varios de los primeros concilios de la Iglesia Cristiana decretaron que aquellos que cometieran suicidio, no se les podría aplicar los rituales de la iglesia tras su muerte. En la edad media, la Iglesia Católica Romana consideró expresamente esta práctica y lo tomó como un pecado.
En las legislaciones medievales se ordenaba la confiscación de todas las propiedades del suicida y el cadáver sufría todo tipo de humillaciones. En la actualidad, desde el punto de vista religioso el suicidio es considerado como una mala acción, debido a que el ser humano no tiene derecho a quitarse la vida de Dios le ha dado, y está condenado por el Cristianismo, Judaísmo e Islamismo. Desde el punto de vista jurídico y de los derechos humanos hoy el suicidio, se considera por muchos como un derecho.
En 1897 Durkheim postuló que el suicidio era un fenómeno sociológico más que un puro acto de individualismo. Lo consideraba como una consecuencia de una mala adaptación social del individuo y de una falta de integración. Este autor identificó cuatro tipos de suicidio: Suicidio Egoísta, Altruista, Anómico y Fatalista. Estos se sucedían como consecuencia de determinadas condiciones sociales. No obstante, la tendencia actual considera al suicidio desde el punto de vista psicológico en lugar de una perspectiva moral.

Teorías psicológicas
Formulaciones no psicoanalíticas según Freud:
Hablan de un agotamiento que restringe el campo de la conciencia, lo que ocasiona una depresión orgánica. Refieren también a la incapacidad de adaptación, desequilibrio en la voluntad de vivir; de protesta y hostilidad infantil; narcisismo; compensaciones de impulsos homicidas contra miembros de la familia y niños.

Formulaciones psicoanalíticas según diferentes autores:
-Freud postula que la depresión y el consiguiente suicidio don resultado de un gran impulso agresivo contra un objeto interior, que era amado y ahora es odiado.
-Menninger habla de un instinto de muerte y postula tres elementos del suicidio: Un deseo de matar, un deseo de ser matado y uno de morir.
-Zilborg considera al suicidio como una forma de frustrar las fuerzas externas, y de conseguir la inmortalidad.
-O’Cannor dice que la sensación experimentada por la persona de alcanzar por medio del suicidio la omnipotencia, nos retrae a un narcisismo de la autoridad.
-Gorma hace resaltar la impotencia de la pérdida de un objeto de amor: El suicidio sería el medio para recuperarlo
-Bergler habla de suicidio introyectivo e histérico.

Factores psicológicos influyentes en el suicidio.
Incluyen no solo la personalidad y las constelaciones psicosomáticas del individuo, sino también las motivaciones de su comportamiento suicida.
Las motivaciones interpersonales se producen cuando el suicida trata de provocar una acción por parte de otras personas y un cambio de actitud o sentimientote las mismas, o ambas cosas a la vez. Por lo tanto se considera al comportamiento suicida como medio de influencia, persuasión, cambios, etc. sentimiento o conducta de otro que suele ser alguien con una estrecha relación con el suicida como por ejemplo miembro de su familia, A veces, puede ocurrir que el objeto de esa conducta sea más general e incluso puede ser la misma sociedad.
Se pueden hallar motivaciones para el suicidio entre personas de todas las sociedades, aunque predominan en personas jóvenes y de mediana edad. Su estado emocional es de dependencia, falta de madurez, impulsividad, etc. Con su conducta suicida expresan rabia o sus sentimientos de repulsión para forzar un cambio en la persona que los rechaza o le provoca sentimientos de culpa. Este comportamiento es de características verbales.
Es menos frecuente la explicación o la necesidad de expresar el remordimiento que la persona siente por haber hecho algo en sus relaciones con otros, y con respecto a la muerte, no obstante su comportamiento suicida por lo general la persona no quiere morir.
La acción suicida del individuo quiere dar a entender las presiones y tensiones interiores y satisfacer necesidades internas (lo típico es que esto ocurra después de haber sufrido la pérdida de un ser querido, o que se sienta incapaz de hacer trabajo alguno). Su estado anímico de depresión, retraimiento, agotamiento físico y emocional; puede presentarse como necesidad de explicación y penitencia por su sentimiento de culpa.
Hay casos de suicidas que es difícil distinguir si predominan motivaciones interpersonales o intrapersonales. Parece ser que ambas actúan de igual forma, pero no con la misma fuerza en los diferentes momentos. Muchas veces se observan síntomas de dependencia frustrada, hostilidad y agresividad; tal vez por la repulsión sentida o masoquismo, así como el elemento de ordalía que es visible en gran ambivalencia, en cuanto a morir y en la fuerte tendencia a entregar la propia fuerza al destino.
La agresión es una conducta cuya finalidad es causar daño a un objeto o persona. La conducta opresiva en el ser humano, puede interpretarse como una manifestación de un sentimiento o pulsión de destrucción, como reacción que aparece ante cualquier tipo de frustración o como respuesta aprendida ante situaciones determinadas.
Según Freud la agresión es una «reacción primordial «del ser humano, entre su imposibilidad de evitar el dolor o buscar el placer. Posteriormente, sus investigaciones lo llevaron a la conclusión de que en todo individuo existe un instinto innato de destrucción y de muerte.
Para otros psicólogos, la conducta agresiva se encuentra vinculada a la frustración. Dollard desarrolló la hipótesis de que la intensidad de la agresión es inversamente proporcional a la intensidad de la frustración que para él es una interferencia q incide a llevar a cabo una respuesta de acercamiento al objetivo de un determinado momento.
Actualmente se postula que la frustración origina un estado emocional que «predispone» a actuar de forma agresiva, pero solo en determinadas condiciones y en personas propensas.
El aprendizaje juega un papel fundamental en la conducta agresiva. Seres humanos y animales pueden aprender a evitar reaccionar de forma agresiva ante situaciones que originan una respuesta hostil, y pueden de forma paralela actuar de manera agresiva frente a situaciones que no provocan violencia.

Causas que llevan al suicidio.

 

La influencia de los medios de comunicación en el suicidio.
Los medios de comunicación forman una parte sumamente importante en la recepción de información y de datos q constituyen nuestro bagaje cultural. Los medios masivos, influyen en su comportamiento y en sus actitudes ante la vida misma. Lo ayudan a tomar decisiones y lo pueden empujar a determinar sus pautas de comportamiento a través de estereotipos o por la información que se le proporciona al individuo.
Un caso muy común es la gran influencia que ejercen los noticieros y este medio de comunicación masivo por excelencia y por presentar una imagen del mundo deteriorada y muchas veces de modo morboso, solo para atraer la atención del público.
Cabe mencionar que el resultado del proceso de emisor, receptor y o retroalimentación, que ejercen os medios masivos en los individuos, actúan como refuerzo de las actitudes en el ser humano, haciendo que estos sean positivos o negativos en su desarrollo social.
Un suicida puede llegar a tener gran influencia por parte de los medios al orillarlo a la depresión, al temor, la angustia, la agonía y hasta la imitación de estereotipos que por estar en la televisión peden ser un ejemplo a seguir para los televidentes.

Otras causas
Desde el punto de vista sociológico poco se sabe de las causas: Para algunos sería a causa de una dificultad de integración social por parte del suicida; para otros se debe a desórdenes mentales, incapacidades físicas mal asimiladas, etc.
El suicidio en la juventud ha aumentado y algunos se lo atribuyen al abuso de las drogas y el alcohol.
Es más acerado afirmar que los mismos factores que llevan a las personas al alcohol o a las drogas, las lleven a intentos de cometer actos suicidas. Los factores de aislamiento social o psicológico y los estados depresivos tienen una mayor importancia en momentos de cometer el suicidio. El aislamiento psicológico producido a veces por la ruptura de los lazos afectivos, por las carencias endémicas de afecto o por la frustración de determinadas expectativas.
Desde el punto de vista ético, la causa más inmediata suele ser la desesperación, situación extrema a la que se llega por diversas influencias. Dejando de lado los casos patológicos (trastornos mentales habituales o esporádicos de difícil valoración moral) y el reconocimiento de la frialdad y cálculo, muy pocas veces coexisten con un gesto contrario al instinto de conservación del hombre. Tampoco puede excluirse el hecho de decisiones trágicas tomadas con la deliberación suficiente de quien sabe lo que hace y por qué lo hace. Como causa principal a las que se reducen todas las demás, a de señalarse el concepto materialista de la vida y la consiguiente insatisfacción que producen los fracasos. La angustia y la ansiedad que provocan el suicidio son efecto de una exagerada sensibilidad o de falta de ideales, acabando por quitar todo sentido a la existencia, cuando se cae en una apreciación de los acontecimientos.

La comunicación en el acto suicida

 

El comportamiento suicida, aparece más claro cuando se considera como una forma de comunicación.
En la mayoría de los casos el suicidio, es como una larga cadena de acontecimientos, acompañada de muchas comunicaciones a lo largo de este proceso, el acto suicida acaba convirtiéndose en una comunicación que puede tener muchos sentidos y gran importancia.
La comunicación en la conducta suicida se clasifica según:
Su forma: Puede ser verbal (incluyendo escrita); no verbal y comportamental.
Si es directa o indirecta: Puede ser abierta y clara, implícita e indirecta. Son formas de comunicación el retraimiento, la donación de objetos estimados, las alusiones a cosas que no necesitan, fantasías de muerte, sepultura o recate de situaciones peligrosas.
Sustancias o contenido: Puede contener expresiones de culpabilidad explicaciones del acto suicida o instrucciones para las demás personas, por ejemplo testamentos o cartas de los suicidas.
Objeto de la comunicación: En las situaciones más interpersonales la comunicación ya dirigida a una persona o personas concretas; cuando las motivaciones son intrapersonales, la comunicación va más bien dirigida a la sociedad en general.
Finalidad: Puede ser patente o indirecta, a veces se trata de un pedido de auxilio, un deseo de que lo contengan y lo rescaten, un medio para manifestar la hostilidad y el odio, una imputación final de culpa, un modo de humillar a otros o hacerles sentirse culpables, o una forma de echarse así mismos culpas de absorber a otros y de espiar los delitos propios.

Características del suicidio
El comportamiento de la actividad suicida, comprende la autodestrucción total (muerte), la autodestrucción (no muerte), la mutilación y otras acciones dolorosas y no dolorosas, las amenazas, indicaciones verbales de las intenciones de destruirse, depresión e infidelidad y pensamientos de separación, partida, ausencia, consuelo y alivio.
Clínicamente una vez que se han roto las defensas psicológicas, es mayor la posibilidad de que la persona se deje vencer por la tensión emocional cuando esta aparece. El comportamiento es más grave debido a sentimientos de culpa o porque es necesario poder comunicar algo con impacto equivalente.
Normalmente una persona suicida se descubre a si misma comunicando su tendencia a través del comportamiento, o verbalmente antes de que se produzca un acto específico.
El suicida típico presenta un deseo de morir y vivir a la vez; desesperación, impotencia e imposibilidad de hacer frente a los problemas, agotamiento físico o psicológico, ansiedad, tensión, depresión, rabia, culpa, caos y desorganización, estados de ánimo cambiantes, reducción del cognitivo, pérdida del interés por actividades normales, malestar físico, etc.
En los sentimientos de culpabilidad existe una imagen negativa de si mismo, actitudes y expectativas negativas frente al medio ambiente, al futuro y así mismo, desamparo y desesperanza.
Existe también una pasividad, una falta de iniciativa o pérdida de interés de objetos y planes de acción. Hay una paralización de la voluntad.
En el comportamiento suicida, se observa una pérdida del libido, trastornos de sueño, pérdida del apetito y molestias psicosomáticas.
Se desconocen cuáles son los síntomas fundamentales. Esta determinación depende en cada caso de la teoría y de las experiencias correspondientes de los investigados y prácticos clínicos, pero al parecer son básicos el abatimiento y la incapacidad de alegrarse o de anticipar alegría.

 

Tipos de suicidio
Suicidio egoísta:
En los países de religión puramente católica el suicidio está poco desarrollado, pero en los países protestantes llega a su máxima expresión. Entonces, es válido atribuir a la diferencia de cultos los diferentes puntos de vista sobre el tema.
En lo que concierne a los judíos el Número de suicidios es menos que en la comunidad protestante y en la católica. Concebimos que los católicos deben ejercer sobre si mismos un control severo y sujetarse a una disciplina rigurosa para «para mantenerse». Además están obligadas a mantener una «moralidad más alta» porque mediante la moral justifican la tolerancia.
No obstante, tanto en la sociedad católica como en la protestante el suicidio está prohibido y condenado, lo sancionan penas morales severas y enseñan que después de la muerte comienza una nueva vida en que el hombre será castigado por sus malas acciones. Cabe destacar que en ambos casos, el suicidio es considerado como la peor de la acciones.
Podemos encontrar la respuesta al interrogante de que por qué en una religión divisamos mayor número de suicidas que en la otra, partiendo de la base que en el protestantismo se admite un libre examen en mayor proporción que en catolicismo. En el catolicismo todo lo que salga de lo común, la variable, causa horror, el protestante es más autor de su creencia. Entonces factiblemente la inclinación del protestantismo hacia el suicidio está relacionado con este» espíritu de libre examen» que motiva a esta religión, y este libre examen se debe a que esta religión se tiene en cuenta (más que en catolicismo) el pensamiento individual , debido a que contiene menos creencias y prácticas comunes. Además el protestantismo tiene una consideración menos que el catolicismo no están unidos entre si.
Conclusión: La inclinación al suicidio se agravia de debido a un debilitamiento de las creencias tradicionales y al estado de individualismo moral resultante de ello, este desaparece respondiendo a la instrucción a otras necesidades. El hombre busca instruirse, cuando su doctrina religiosa no responde a esta necesidad, por haber perdido cohesión, se mata.
En la religión se protege al hombre contra el deseo de destruirse porque forma parte de una comunidad, de una sociedad, no porque se predique el respeto de su persona.
La sociedad en este caso religioso, está constituida por un conjunto de creencias y prácticas comunes a sus fieles. Este conjunto es tradicional y, por lo tanto, obligatorio. Mientras más numeroso y fuerte sea, mayor capacidad preservadora y de integración logrará una sociedad.

Suicidio egoísta en la familia.
En el suicidio puede observarse un acto de desesperación, determinado por las dificultades de la existencia. El matrimonio conlleva una serie de dificultades y responsabilidades. Por esta razón, en épocas pasadas llegó a afirmarse que el matrimonio y la vida familiar multiplicaban las probabilidades de suicidio. Veremos a continuación que esta afirmación resulta falsa.
Una gran mayoría de los solteros son menores de 16 años y los casados sobrepasan este promedio de edad. En el primer caso la tendencia al suicidio es menor por el hecho de atravesar este periodo evolutivo ausente de grandes y numerosas preocupaciones (infancia). Entonces, la atenuación en cuanto al número de suicidas se debe a la edad y no al celibato. Es más, el estado matrimonial disminuye casi a la mitad el peligro de suicidio. Esto se debe a la existencia de la influencia familiar. En cuanto a los viudos, podemos destacar que el número de suicidios es mayor que en cualquier otra clase de población. De aquí se parte para considerar a la viudez como la más desgraciada de todas las formas de suicidio.
Conclusión:

Los matrimonios demasiados precoces ejercen una influencia negativa sobre el suicidio: los matrimonios prematuros determinan un estado moral de acción nociva.
A partir de los 20 años las personas casadas, corren un riesgo menor ante el peligro de suicidio: Esta inmunidad se debe a una de las siguientes causas:
La acción de la familia, que neutraliza la acción o inclinación al suicidio, o bien, le impide manifestarse.
La selección matrimonial: Sólo son admitidos al acceso a ka vida familiar aquellos que ofrecen serias garantías de salud, tanto física como moral.
En cuanto a la viudez podemos destacar que los hijos «atan» a la vida a su padre o madre, pero a la vez hacen más profunda la etapa de crisis por la que este/a está atravesando. La familia, que antes funcionaba como un «sistema de organizador» del todo, ahora está «desconcertada» por la falta de una pieza elemental.
Mientras más fuertemente esté constituida una familia, ejerce una preservación «poderosa» frente al suicidio.
Suicidio egoísta en la sociedad.
Está comprobado a través de la historia, que el suicidio es poco frecuente en aquellas sociedades que se encuentran en proceso de evolución y de concentración. Contrariamente, se multiplican en aquellas en etapa de desintegración. Pero cabe destacar que no todas las crisis políticas o nacionales inducen al suicidio, sólo influyen en esta decisión aquellas en que existan las pasiones.
Las conmociones sociales, las grandes guerras populares, etc. generan y avivan el sentimiento colectivo, concentran las actitudes de una sociedad hacia un mismo fin, determinando así una integración social más fuerte. Por esta razón el individuo piensa menos en si mismo y más en el objetivo común que se desea alcanzar.

Conclusiones generales del suicidio egoísta.

El suicidio varía en forma inversa según el grado de integración
Religioso
Doméstico o familiar
Político o social
La sociedad se desintegra en la medida en que el individuo se desprende de la vida social, pretendiendo imponer su personalidad sobre la personalidad colectiva.
Se llama egoísmo al estado en el que el yo, individual se afirma con exceso sobre el yo social. Por esta razón se denomina «egoísta» al tipo particular de suicidio que resulta de una individualización desmesurada.
El resultado que se obtiene del individualismo excesivo es favorecer la acción de las causas del suicidio.
El sentimiento de inutilidad frente a la sociedad en que nos desarrollamos puede generar deseos, acciones suicidas «si la vida no vale la pena ser vivida, todo se convierte en un pretexto para deshacernos de ella.
En este tipo de suicidio, el egoísmo es la causa generadora
Es suicidio es excepcional en el niño y disminuye en el anciano debido a que tienen menos necesidades de completarse con algo exterior a ellos mismos, se bastan por si solos, por lo tanto están menos expuestos a carecer de lo necesario para vivir.
La mujer puede vivir aislada más fácilmente que el hombre, esto se debe a que ella tienen «menos vida común» que el hombre, entonces se «penetra» menos en la misma. La sociedad le resulta menos necesaria porque está menos «impregnada» de sociabilidad. Contrariamente, la estabilidad moral del hombre depende de más condiciones, por lo que es vulnerable con más facilidad.
Suicidio altruista
Así como una individualización excesiva conduce al suicidio, aquella persona que se encuentra demasiado ligada a la sociedad puede suicidarse también. Pero para que el individuo se sienta tan «insignificante» en la vida colectiva como para suicidarse, es necesario primero que el grupo lo «absorba», que forme una masa compacta y continua, todos sus integrantes (no son grupos numerosos) comporten todo, hasta la vida misma, ideas, ocupaciones, etc. En estos grupos, al poseer estas características resulta sumamente fácil y constante la «vigilancia colectiva». El individuo resulta ser distinto de sus compañeros, forma parte de un todo, sin valor por si mismo. Así su persona deja de tener valor. Para estas personas, los atentados que provienen de individuos particulares, resultan insignificantes; mientras que las exigencias colectivas resultan sumamente importantes, y por tanto, la sociedad le «exige» poner fin a su vida ante el menor motivo.
En este tipo de suicidio, nos encontramos a una etapa previa a él caracterizada porque «el yo no se pertenece», se confunde con todo aquello externo a él. Cabe destacar que no todo suicidio altruista comprende algunas variedades, aunque en todas ellas el hombre se mata sin estar expresamente obligado a matarse. Para quienes practican este tipo de suicidio, la virtud máxima es no tener apego a la existencia, quien renuncia a ella sin que las circunstancias la soliciten es la persona más virtuosa. Así podemos divisar una primacía social al suicidio, que se ve alentado. El individuo se sacrifica únicamente por el placer del sacrificio. El sujeto aspira a despegarse de su ser personal para «lanzarse» a otra cosa que es considerada como su verdadera existencia y su existencia propia.
La naturaleza del suicidio altruista proviene de la «esperanza», pues responde a la expectativa de que más allá de esta vida hay mejores perspectivas. Además, implica el entusiasmo y una fe impaciente en su satisfacción mediante actos de gran energía.
Suicidio altruista:

Obligatorio
Facultativo
Agudo
Estima en modo todo aquello que interesa sólo al individuo.
Suicidio anómico
La sociedad no sólo atrae hacia sí los sentimientos y la actividad de los individuos, sino que también es un poder que los regula. Esta regulación, mantiene una profunda relación con la tasa total de suicidios.
¿Las crisis económicas influyen de manera considerable al suicidio?
El infortunio económico no tiene la influencia agraviante que a veces se le ha atribuido. Las crisis financieras no conducen al suicidio por empobrecer a la gente, sino porque son crisis, rupturas del orden colectivo, del equilibrio que impulsan a la muerte voluntaria.
Una persona no puede vivir ni ser feliz si sus necesidades no son suficientemente proporcionadas a sus medios. La tendencia a la vida es el resultado a todas las demás tendencias y, consecuentemente, se debilita si las otras se relajan.
En ninguna sociedad se ven igualmente satisfechos los grados de la jerarquía social. Sin embargo, la naturaleza humana es casi la misma en todos los ciudadanos. Esta naturaleza no es la que asigna un límite a las necesidades; por lo tanto cuando dependen exclusivamente del individuo, son ilimitadas.
Debido a que nuestra necesidad es imposible contener desde afuera, se constituye para sí mismo como «una fuerte de tormentos», porque los deseos ilimitados son insaciables, no encuentran limitación, sobre pasando indefinidamente los medios de que disponen.
Este estado de indeterminación se relaciona primero con las exigencias de la vida física, Perseguir un fin inaccesible provoca un continuo y permanente estado de descontento, este fin puede sostenerse por un tiempo, pero al repetirse las decepciones causadas por la experiencia, se abandonará. Es imposible permanecer en un estado alcanzado por mucho tiempo, debido a que «mientras más tenemos, más deseamos poseer». Esto se debe a que las satisfacciones, más que calmar, estimulan las necesidades. En la búsqueda de estas satisfacciones siempre encontramos obstáculos y en la medida en que estos se ausenten, se estará unido a la vida mediante un hilo muy tenue que puede «cortarse» en cualquier momento.
Es necesario que, así como en el organismo regula las necesidades físicas, exista un «poder regulador» para las necesidades morales. Este poder no puede ser otra cosa que moral, por lo tanto, la conciencia es la única que puede proveer los medios para constituirlo. Los hombres consienten la limitación de sus deseos, debido a que no se consideran aptos para transgredir estos límites. Además, esta aceptación deviene deque esta limitación no se la dictan ellos mismos sino que proviene, es recibida de una autoridad que respetan y en algunos casos, veneran. Es la sociedad, por mediación de sus integrantes, la que desempeña este papel moderador, ya que es el único «poder moral» superior al individuo y cuya superioridad es aceptada por este. Es la única «autorizada» para declarar el derecho y señalar a las pasiones su límite. En consecuencia moral de las sociedades; sobre la cuál se asientan el bienestar de los trabajadores, opiniones, ideas admitidas. Es bajo este contexto de que cada individuo fija el punto extremo hasta el cual pueden llegar sus ambiciones, y si posee una sana construcción moral, sabe que no es correcto exigir más allá de esos límites. De esta manera señala sus pasiones, objetivos y términos, pero esta determinación no es rígida ni absoluta.
La limitación relativa y la moderación resultante de ella, genera que los hombres «se sientan contentos con su suerte» y a la vez, los estimula a llevarla mejor a cabo. Este contentamiento genera un sentimiento de tranquilidad y actividad, un placer de ser y de vivir, constituyendo en estos signos, las características de la salud.
Aunque cada uno se sienta bien con su condición y no desee más de lo que puede legítimamente, no está «condenado» a una especie de inmovilidad, no obstante, aunque el nivel medio de necesidades esté regulado para cada condición por el consentimiento público, se hace necesaria otra reglamentación más precisa, cuya finalidad será fijar la forma en que las diferentes formas deben ser abiertas a las particularidades. Esta reglamentación se hace presente en todas las sociedades y varía acorde a los tipos y lugares, y es impuesta a los individuos por una autoridad por encima de ellos, por una autoridad colectiva. Esta autoridad se establece a partir de sacrificios y concesiones hechas de unos por otros, en nombre del interés público. De todos modos, aún resulta necesaria una disciplina moral tendiente a que aquellos que han sido menos favorecidos por la naturaleza, acepten a la situación de inferioridad que deben al azar de su nacimiento.
Normalmente, la mayoría de los sujetos, reconocen como equitativo el orden colectivo. Este orden colectivo está destinado a
contener las pasiones individuales y responde a la obediencia y al respeto, y no al temor. El hombre se caracteriza por estar sometido a un freno moral y no físico, es decir, responde a una limitación social. Recibe su «ley» de una sociedad que siente como superior a la suya. Es la conciencia social. En el único caso en que la sociedad deja de ejercer su función de «conciencia moral», es cuando se encuentra perturbada debido a transformaciones demasiado repentinas. En este momento es cuando se producen bruscos ascensos en el número de suicidios.
Los casos de desastres económicos generan que algunos individuos, desciendan a una situación inferior a la que antes se encontraban. Por esta razón, deben reducir sus experiencias, restringir sus necesidades, aprender a contenerse, su educación moral debe rehacerse. En este momento se sienten «excluidos», la sociedad no puede en un instante plegarlos a esta nueva vida y enseñarles a ejercer sobre si mismos ese aumento de conciencia al que no estamos acostumbrados.
Si la crisis tiene por origen un brusco acrecentamiento de poderío y fortuna, como las condiciones de la vida cambian, se pretende mucho más. Las fuerzas sociales liberadas, no vuelven a encontrar equilibrio, su valor respectivo permanece indeterminado y consecuentemente por un tiempo habrá ausencia en la reglamentación, no se sabe que es lo justo y que lo injusto, que es lo legítimo y que no, etc.
El estado de irregularidad o anomia es reforzado por el hecho de que las pasiones son menos disciplinadas simultáneamente al momento en que tienen necesidad de una disciplina más fuerte. En este caso sus experiencias se tornan imposibles de resolver. Las ambiciones sobre exitadas van más allá de los límites permitidos, pues la presencia de estos no les son advertidos por nadie. Por esta rezón nada las socia, nada las satisface. Entonces la «lucha» se vuelve más violenta, Actualmente, esta lucha se encuentra presente en todas las clases, esto se debe a que ya no hay clasificación establecida.
La pobreza no protege contra el suicidio, porque es un freno por si misma; los deseos están obligados a contar con los medios. Mientras menos uno posee, menos inclinaciones se vayan a extender sin límites el circuito de sus necesidades. La impotencia, el obligarnos a la moderación, nos ha situado a ella y, como la mediocridad es normal, nada viene excitar el deseo. En oposición, mientras menos limitado se encuentra uno, más «insoportable» parece la limitación.

Control del suicidio
Los controles pueden ser externos o internos.
-Controles externos: Son aquellos por medio de los cuales la sociedad influye en el individuo para que acepte su situación y continúe viviendo.
Ej: tabúes, religión, mitos, costumbres, familia, hijos, etc.
También tienen importancia las acciones de los otros tipos, con respecto al individuo en cuestión
Ej: la compresión, el apoyo, interés y preocupación
-Controles internos: Pueden ser los ideales, las normas, la conciencia, la moralidad y los sentimientos de responsabilidad de la persona. Además la estructura de su personalidad puede ser tal que de a la persona flexibilidad, adaptabilidad, independencia y sentimientos de autoestima que le permitan soportar. Por el contrario, una persona puede ser más vulnerable a causa de su personalidad rígida, excesiva dependencia concepto pobre de si mismos.

Psicología de los supervivientes

 

El suicidio provoca diversos sentimientos y reacciones entre las personas estrechamente unidas con la víctima y un impacto al superviviente. Las reacciones de los cercanos pueden ser muy variadas: se pueden tratar de sentimientos profundos de pérdida, acompañados con gran tristeza, de rabia por sentir que lo hacen a uno responsable de lo sucedido o porque la víctima rechazó lo que se le ofrecía, culpa, vergüenza o confusión, acompañados de un sentimiento de responsabilidad por la muerte, sentimiento de fracaso e impotencia por ser incapaces de ofrecerle lo que el otro necesitaba, alivio por quedar libre de molestias y demandas insistentes de la víctima, el sentimiento de sentirse abandonado ambivalencia, reacciones de duda, obtención en negar que se ha dado el suicidio y posible en el superviviente.
Entre los que estaban más distantes en relación con la víctima se puede producir rabia, porque el suicida ha eludido sus responsabilidades sociales y morales o por verse acusados como responsables o por sentirse acusados por los no intereses en su prójimo; culpa por pensar que no se ha apreciado lo suficiente a la víctima, repulsión resultante de la elección del suicida de prescindir de ellas; desosiego por una vaga necesidad de auto examen para determinar lo que estaba errado o racionalizar malestar sentido y expulsarlo de si mismo.

Depresión y Suicidio
La forma extrema de huida de una situación vital y de una tensión emocional intolerable es el suicidio. El acto del suicidio ha de considerarse como un intento de «superación» de una situación que resultó incontrolable, incluye el uso de energía, planificación y depresión desprovistas de intentos de superación.
A las personas expuestas al peligro del suicidio les sobreviene un número mayor de acontecimientos vitales, amenazadores, indeseables y desvalorables.
El 80% de los suicidios anunciados han de considerarse como llamadas de auxilio, «intentos de control».
Los siguientes motivos pueden impulsar a las personas afectadas por el peligro del suicidio
-El deseo de vivir, pero en mejores circunstancias.
-El deseo de no sufrir, de no resultar una carga para nadie.
Se ponen en cambio los siguientes sentimientos:
-Las responsabilidades existentes
-Los proyectos de vida que aún no han sido abandonados
-El miedo a la acción
-La condena social del suicidio
-Las tareas no consumadas.
En la ancianidad se acumulan las características que afectan desfavorablemente a las situaciones vitales y los factores de tensión psíquica que pueden provocar ideas de suicidio:
-La jubilación
-La pérdida de funciones y obstáculos
-Los prejuicios del ambiente
-El aislamiento social
-El alojamiento en asilos
-La pérdida del cónyuge
-La ayuda familiar
-Sensibilidades personales
-Una elaboración resignada de las experiencias
Todos estos sentimientos incrementan la tensión de tal forma que se considera al suicidio como última salida. La vejez no produce forzosamente depresiones.
La tendencia al suicidio es el mejor signo de la presencia de una tensión extraordinaria o que una carga emocional muy
elevada, produce precisamente, tales indicaciones.

5. Conclusiones

Al concluir nuestra investigación logramos ampliar nuestros conocimientos respecto de los trastornos mentales que inducen a la depresión y al posterior suicidio.
Al hablar de trastornos mentales nos referimos a aquéllas afecciones o síndromes físicos y conductuales que causan angustia y deterioro en importantes áreas del funcionamiento psíquico. También se caracterizan por afectar el equilibrio emocional, el rendimiento intelectual y la adaptación social. Los trastornos mentales se clasifican en:
-Trastornos infantiles
-Trastornos orgánico- mentales
-Neurosis
-Histeria
-Trastornos de la ansiedad
-Trastornos obsesivo- compulsivos
-Fobias
-Hipocondría
-Menor o neurótica
-Delirante o de psicosis
-Psicosis
-Trastornos de la personalidad
-Trastornos de la afectividad
-Trastornos paranoides
-Demencias
-Psicosis maníaca- depresivas
-Esquizofrenia
-Catatónica
-Simple
-Hebefrénica
-Paranoide

Respecto de la depresión podemos afirmar que este término adquiere distintas significaciones en función de la sociedad en que se da, esto se debe a que está relacionada con las presiones presentes en determinadas culturas.
Esta patología se refiere a una situación psíquica morbosa en la que se altera el estado de ánimo, en tanto que este disminuye, y en la que la sintomatología se centra sobre la vivencia de la tristeza y la inhibición psíquica.

 

Es un trastorno mental caracterizado por :
La depresión psíquica es un síndrome frecuente en psiquiatría y puede aparecer en todas las enfermedades mentales.
La afección a la que estamos haciendo referencia se divide en distintos grupos:
Primer grupo: retardación simple
Segundo grupo
Tercer grupo: estado de estupor
Además de diferenciarse por grupo, las depresiones se clasifican en tipos:
-Reactivas
-Psicógenas
-Endógenas
El tratamiento de las depresiones consta de tres tipos de terapias:
-Psicoterapia
-Farmacoterapia
-Electroshock
En lo que respecta al suicidio debemos entenderlo como una acción voluntaria cuyo único fin consiste en quitarse la vida o permitir que la muerte suceda; tal como expresó Durkheim, «toda muerte, mediata o inmediata, de un acto positivo o negativo ejecutada por la misma persona se considera suicidio».
El acto del suicidio se ha dado a lo largo de la historia de la humanidad de distintas maneras y contempla diversas causas: sociales, culturales, psicológicas, físicas, genéticas y aquellas derivadas de la influencia de los Medios Masivos de Comunicación.
Giran en torno a este fenómeno diversas teorías psicológicas, entre las que se destacan las formulaciones no psicoanalíticas de Freud y las formulaciones psicoanalíticas dictadas por autores como Zilboorg, O’ Connor, Gorma, Menninger, Bergler y Freud.
El suicidio se considera muchas veces como una forma de comunicación. Esta posee mucho sentido y gran importancia y es clasificada según su forma, si es directa o indirecta, según la sustancia o el contenido, el objeto de la comunicación y la finalidad de la misma.
Las características del fenómeno al cual estamos refiriendo son las siguientes: destrucción total, mutilación, amenazas, indicaciones verbales de la intención del suicida, desesperación, depresión, infelicidad, consuelo, imposibilidad de hacer frente a los problemas, culpa, etc. Aunque se desconocen las características fundamentales de este fenómeno, las básicas parecen ser la incapacidad de alegrarse y el abatimiento.
Cabe destacar que hay diversos tipos de suicidio:
Egoísta: puede observarse en la familia, la religión y la sociedad.
Altruista
Anómico
En lo que respecta al control del suicidio podemos destacar que este puede llevarse a cabo tanto de forma interna como externa.
Las personas vinculadas estrechamente con la víctima suelen tener diversas reacciones, tales como sentimientos de pérdida, tristeza, rabia, culpa, vergüenza o confusión, responsabilidad por la muerte, fracaso, asombro, duda, repulsión, etc. También hay casos en que han expresado sentir alivio por quedar libres de molestias.

6. Bibliografía

*Texto base para la elaboración del del trabajo: «El malestar en la cultura» de Sigmund Freud
*URKHEIM, Emilio. «El suicidio». Bs. As. Schapire Editor. .971 (3º edición)

 

*Enciclopedia Encarta 2001″. Microsoft Corporation.2OOO. Melancolía
*Enciclopedia Internacional de las Ciencias Sociales». Madrid. Aguilar S. A. 1.974. Volumen 3
*»Enciclopedia Internacional de las Ciencias Sociales». Madrid. Aguilar S.A.1974. Volumen 4
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*Enciclopedia Internacional de las Ciencias Sociales». Madrid. Aguilar S. A. 1976. Volumen 9
*Enciclopedia Internacional de las Ciencias Sociales». Madrid. Aguilar S. A. 1977. Volumen 10
*ELLES, Richard y LEVINE. «Introducción a la sociología, aplicaciones con países de habla hispana». Londres. Mr. Graw Hill. 1.995
*Gran Enciclopedia Rialp». Madrid. Rialp S. A. 1.981. volumen 7
*Gran Enciclopedia Rialp». Madrid. Rialp S.A. 1.972. Volumen 11
*»Gran Enciclopedia Rialp». Madrid. Rialp S. A. 1.981. Volumen 21
*Internet. Páginas de Depresión y suicidio.
*Internet. www.google.com.ar (imágenes)
*ACKSON, Stanley. «Historia de la melancolía y la depresión». Madrid. Turner. 1.989
*LAPPER, J. T. «Efectos de las masas, poder y limitaciones e los medios modernos de comunicación». Madrid. Aguilar S.A. 1.974
Experiencia grupal
El tema nos pareció muy Interesante
Además, nos sirvió para conocer mejor a nuestros compañeros de estudios, e integrarnos un poco más al ámbito universitario.
Nuestra experiencia fue gratificante, ya que desde un principio cada integrante asumió la labor con responsabilidad, y cumplió con la tarea indicada.
Este trabajo se realizó con la cantidad de tiempo necesario como para poder buscar toda la información necesaria y poder completar entrega del mismo en tiempo, revisando todos los detalles necesarios.


Trabajo :
Maza Pamela Mariana

Muñoz Ginesta Nuria
Olmedo Cristian
Olguín Anahí
Rodríguez Adrian