La construcción de la Comunidad Europea.


Antecedentes

En realidad ninguno de los intentos anteriores al siglo XX de unificar Europa bajo un solo poder se puede considerar como antecedente de lo que hoy entendemos por Unión Europea, puesto que todos tienen como ideal el dominio de los pueblos y no la convivencia en común.

En la Sociedad de Naciones será en este foro donde se plantee por primera vez la idea de una Europa unida en lo político y lo económico. Habrá que esperar a 1925 para que se firme el Tratado de Locarno.

La segunda guerra mundial que dejaría a Europa en ruinas y a merced de EE UU y la URSS. Es en esta época cuando se toma conciencia clara de la necesidad de una unión política y económica para recuperar su status de gran potencia. Sin embargo, no será hasta 1957 cuando se firme el Tratado de Roma.

Teoría de los grandes mercados y la Unión Europea

Desde la revolución industrial, la producción depende del mercado, de las posibilidades de compraventa del producto a precios baratos y sin trabas administrativas que lo encarezcan. Surgen, así, los mercados nacionales, gracias al transporte, en los que dentro de una determinada zona geográfica se incluye la extracción de materias primas, la elaboración del producto y su venta. Un país sólo es viable si incluye dentro de sus fronteras todos los procesos de producción y venta de todos los productos que consume.

Historia de los grandes mercados

El caso de Estados Unidos de América es paradigmático. Lo primero que se plantea es la unión política. En 1787 se hace la constitución estadounidense, que para entrar en vigor ha de ser ratificada por todos los estados que componen la Unión. En ella queda patente que ningún estado puede poner restricciones a las medidas económicas que se tomen en las instituciones que se crean en común. Tampoco pueden oponerse a la libre circulación de capitales, mercancías y trabajadores.

Otro modelo diferente es el que se da en la Alemania del siglo XIX con la creación del Zollverein. Según este proceso lo primero es la unificación económica, antes que la política. En 1819 Baviera hace la propuesta de la creación de un espacio de libre circulación de mercancías y la supresión de aduanas. El Zollverein está controlado por un Congreso Aduanero en el que cada estado miembro tiene un voto, y en el que se requiere unanimidad para alcanzar los acuerdos. El papel preponderante de Prusia en el Zollverein será aprovechado para realizar la unidad alemana.

Otro modelo es el de la unificación italiana, que nos advierte de los peligros de no tomar medidas contra los desequilibrios regionales. La diferencia de industrialización entre el norte y el sur benefició al norte, pues al quedar suprimidas las trabas arancelarias para la circulación de capitales y trabajadores estos se concentraron en el norte.

El Benelux es el ejemplo de unión económica y política más reciente. En 1923 se unen Bélgica y Luxemburgo y en 1943 se une también Holanda, naciendo, así, el Benelux. Lo más destacado del modelo del Benelux es la concordancia de las políticas monetarias, económicas y sociales. Bélgica es mucho mayor y está mucho más industrializada, por lo que hay que tomar acuerdos de compensación.

Como antecedente inmediato de la Unión Europea puede considerarse a la OCDE (OECE) Organización Europea de Cooperación Económica, que se crea en 1947 para rentabilizar al máximo las ayudas del plan Marshall.

El primer paso efectivo hacia la construcción de la Unión Europea es la firma del Tratado de la CECA en 1951. Permite la liberalización de los intercambios entre Francia, Alemania, Italia y el Benelux. Tiene como virtud la creación de unas instituciones independientes que velan por la buena marcha del tratado. Son: el Ejecutivo, el Tribunal de Justicia y la Asamblea Parlamentaria. Se fijarán las reglas de la competencia, se permitirá la libre circulación de la fuerza de trabajo, se realizarán políticas de inversiones, y se planteará un nuevo problema: el de la explotación de los recursos. Además, se hace necesario un desarrollo tecnológico uniforme y una reglamentación común de homologación, seguridad y medio ambiente.

El Mercado Común Europeo

En 1955 los ministros de Asuntos Exteriores y de Economía de los países de la CECA deciden ampliar el acuerdo a toda la economía. Esto implicaba una unificación previa del régimen arancelario con respecto a terceros países, la armonización de la política general en materia económica, la coordinación de la política monetaria, la libre circulación de la mano de obra, la creación de unas reglas de competencia comunes, la creación de un fondo de inversión para las economías menos desarrolladas, y la armonización reglamentaria en el terreno social y su homologación.

Este mercado común debería tener un órgano independiente y permanente, que lleve la iniciativa de las decisiones, la Comisión Europea, un Tribunal de Justicia, y una Asamblea Legislativa. Desde el principio se distinguieron dos posturas en la construcción de la Comunidad Europea: la liberal, que pretendía una simple reducción de los obstáculos al comercio, y la social que abogaba por extender el compromiso a las condiciones sociales. En estas condiciones se firma en 1957 el Tratado de Roma.

En 1957 son seis los firmantes del Tratado de Roma: Francia, Italia, Alemania, Bélgica, Holanda y Luxemburgo. En 1973 nace la Europa de los nueve, al firmar el Tratado de Roma Inglaterra, Irlanda y Dinamarca. En 1981 firma el Tratado de Roma Grecia, naciendo así la Europa de los diez. En 1986 firman el Tratado de Roma España y Portugal, naciendo así la Europa de los doce.

En 1992 se firma en Maastricht el nuevo tratado, el Tratado de la Unión Europea (UE). En 1995 firman el Tratado de Maastricht Austria, Suecia y Finlandia. Nace así la Europa de los quince.

Los Tratados de Roma y Maastricht

Son una especie de constituciones de la Unión Europea. El tratado fundamental en el que se plasman la mayoría de las instituciones, y su carácter, es el Tratado de Roma.

Los objetivos

Los objetivos que se plantea el Tratado de Roma afectan a diversos ámbitos. Se establece un arancel común, el objetivo fundamental es la libre circulación de mercancías, uno de los ejes básicos de la creación de la Comunidad Económica Europea.

Otro asunto es el de la libre circulación de personas y servicios. Para ello es necesario armonizar la política social de todos los países.

La libre circulación de capitales es uno de los objetivos fundamentales de la Unión Europea, ya que para algunos es el núcleo clave de la misma.

También se determinan en los tratados cómo ha de ser la política comunitaria en los diferentes sectores. La política agraria común es de vital importancia, sobre todo, para los miembros del sur. En cuanto a la política de transportes el objetivo es la creación de una red densa que permita integración del mercado y la eliminación de obstáculos administrativos. La política comercial está dirigida por la existencia de un arancel exterior común y la defensa de la OMC. La política social es vital para no crear desigualdades entre los países miembros. También ha traído muchas tensiones la política monetaria. Esta política se traduce en el sistema monetario europeo y el ECU. También se lleva una política común en investigación y desarrollo tecnológico.

Las instituciones

El Consejo de Ministros, que tiene un representante del gobierno de cada país. Es el encargado de coordinar las políticas económicas, adoptar los reglamentos de la comunidad y de tomar decisiones.

La Comisión Europea es un órgano independiente que vela por el interés general de la comunidad.

El Parlamento Europeo es el órgano legislativo de deliberación y control de la comunidad.

El Tribunal de Justicia es el órgano que resuelve los litigios entre Estados y entre los órganos de la comunidad.

El Tribunal de Cuentas tienen el cometido de controlar las cuentas de la comunidad y emitir un informe anual.

El Banco Central Europeo es el encargado de la política monetaria y la implantación del euro.

El Tratado de la Unión Europea, Maastricht 1992

Esencialmente es igual que el Tratado de Roma pero modifica alguno de sus objetivos y amplía otros.

En materia de política exterior y seguridad se pretende la defensa de unos valores comunes y el fortalecimiento de la seguridad de la Unión.

La ciudadanía europea es una ampliación del derecho a la libre circulación e implica la facultad de ejercer los derechos civiles en cualquier país de la Unión.

Otro de los objetivos del nuevo tratado es la ampliación de las competencias de las instituciones.

El objetivo a medio plazo más transcendente es la unión monetaria. Este es el punto clave del tratado, ya que exige una estabilidad económica y monetaria en cada país, así como de su industria, el control de la inflación y el gasto público. Se trata de hacer un mercado regional efectivo, con una moneda única: el euro. El euro entró en vigor el 1-1-1999.